Post Tenebras Lux

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lunes, 31 de agosto de 2015

“Gimiendo Eternamente… ¿Eso Es lo que Usted Quiere?” Josafá Vasconcelos

“Allí será el lloro y el crujir de dientes… donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga” (Mateo 22:13; Marcos 9:44)


Tal vez usted piense que estas palabras constituyen un rumor o un “cuento de viejas”, pero lo que usted piensa no cambia de ninguna manera el hecho de que la muerte eterna es una realidad y el infierno es un tormento que se inicia con la muerte física y jamás tendrá fin. En algún momento, es posible que usted haya estado inquieto, deseando saber mas al respecto de cómo obtener salvación eterna en su alma. No necesitamos decir que este asunto es extremadamente importante; por lo tanto, usted no hará ninguna objeción al gastar algunos minutos leyendo este artículo. El Señor dice: “Buscadme, y viviréis” (Amos 5:4). Pero, ¿cómo puedo hacer esto? ¿Qué paso debo tomar?

El primer paso en esta búsqueda es conocer cual es su verdadera situación espiritual a los ojos de Dios. Nuestra tendencia es pensar que nuestra situación no es tan ruin, que no somos tan malos y que existen personas haciendo cosas peores. Además de eso, siempre podemos estar ayudando a alguien. Pero tenemos que recordar que, a los ojos de Dios, nuestra situación es otra. Sus ojos son puros y santos y nada escapa a su mirada. Para el “todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia” (Isaías 64:6). Nuestro corazón es tan “desesperadamente corrupto”, lleno de malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia , la soberbia, la insensatez. Todas estas maldades…contaminan al hombre  (ver Marcos 7:21-23). Esa es una realidad de la cual nadie escapa. Aunque usted no haya cometido algunos de esos pecados, ellos se encuentran latentes en su corazón  y ya lo contaminaron. Tenemos que sentirnos decepcionados con nosotros mismos y aceptar la realidad de que como resultado de esa contaminación, estamos sobre el yugo del pecado y de que nuestra naturaleza es corrupta y depravada. Esa depravación nos hace reprobados delante de la Ley de Dios. El, que es santo y justo, no puede hacer otra cosa, excepto derramar sobre nosotros su santa ira y la justa condenación de muerte eterna, que la Ley exige.

Por eso, necesitamos tomar urgente el segundo paso, pues es solamente a través de el que podemos encontrar alivio de esta situación y tener verdadera esperanza. El segundo paso es conocer la persona bendita de Jesucristo, el Hijo del Dios vivo. Esto significa saber realmente quien es El y cual la extensión de su poder. Significa conocerlo como único Sacerdote que nos reconcilia con el Padre, ya que Jesús “tiene su sacerdocio inmutable” y “puede salvar para siempre a los que por medio de El se acercan a Dios” (Heb.7:24-25). El se ofreció como víctima. Conocer a Jesús significa creer que su muerte es el único sacrificio que expía nuestro pecado, satisface la Ley de Dios y adquiere para nosotros la justicia perfecta que necesitamos. Aunque, conocer a Jesús implica en el reconocimiento de que es una mera presunción admitir que podemos cooperar con supuestas buenas obras en la adquisición de esa justicia. Nada, excepto la cruz y la resurrección de Cristo, nos garantiza esa justicia. “Porque por gracia habéis sido salvados  por medio de la fe, y esto no de vosotros, sino que es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9).

Espero que el Espíritu de Dios este hablando a su corazón y que usted, instruido en la gracia de Cristo y en los frutos de su muerte y de su resurrección, pase ahora al tercer paso: descansar en Jesús con firme y concreta confianza, creyendo con plena seguridad en que El es tan completo y suficiente, que posee en Sí mismo justicia y vida. Renuncia ahora mismo a cualquier opción sugerida por Satanás; regrese a la única respuesta verdadera presentada por Dios mismo, en su Santa Palabra; esa respuesta es creer en la persona viva y gloriosa del Señor Jesucristo, pues “en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres, en el cual  podemos ser salvos” (Hch.4:12). Por lo tanto, preste atención a la exhortación que Dios le dirige, a través de este artículo. Escuche su invitación de amor: “Arrepentíos y convertíos, para que vuestros pecados sean borrados,a fin para que tiempos de refrigerio vengan de la presencia del Señor, y el envíe a Jesús, el Cristo designado de antemano para vosotros”(Hch.3:19-20).

Recuerde: “La salvación es del Señor” (Jonas 2:9). La salvación necesita ser buscada de todo corazón. ¿Usted no piensa que vale la pena? O prefiere arriesgar y pasar toda la eternidad crujiendo los dientes y gimiendo? “Ponga su boca en el polvo, quizá haya esperanza” (Lamentaciones 3:29). Lea la Biblia con avidez, ore, clame a Dios, con lágrimas, a fin de que, en su bondad, El lo conduzca al arrepentimiento (Romanos 2:4). “Me buscaréis y me encontraréis, cuando me busquéis de todo corazón” (Jeremías 13:23). Que Dios en su gracia soberana, lo salve de la perdición del infierno, concediéndole el precioso don de la vida eterna.“Y está vida esta en su Hijo. El que tiene al Hijo tiene la vida, y el que no tiene al Hijo, no tiene la vida” (1Juan 5:11-12).


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Traducción realizada con permiso del Autor Josafá Vasconcelos Pastor de la Iglesia Presbiteriana de la Herencia Reformada en Salvador (Brasil)

*Traductores: Adriano Canuto y Celeste Ontivero
*Se utilizó : Reina-Valera 1960 (RVR1960)  y La Biblia de las Americas (LBLA)
    *En portugués: http://www.ministeriofiel.com.br/artigos/detalhes/351/Gemendo_Eternamente_E_Isso_o_que_Voce_Quer

viernes, 28 de agosto de 2015

"Los Labores del Ministerio" John Flavel


"...Los labores del ministerio agotarán la médula de sus huesos, apresurando la vejez y la muerte. Ellos están bien adecuados en comparación con el trabajo de los hombres en la cosecha, los sufrimientos de una mujer en trabajo de parto, y las agonías de soldados al final de la batalla. Nosotros tenemos que vigilar cuando los otros duermen. Y de hecho, no es tanto el costo de nuestros trabajos, como el desprecio de ellos, lo que nos mata. No sucede con nosotros como acontece con otros trabajadores: ellos encuentran su trabajo como lo dejaron, pero nosotros no. El Pecado y Satanás desordenan casi todo lo que hacemos. Las impresiones que dejamos sobre las almas de nuestro pueblo en un sermón, desaparecen antes del próximo […] Sí, tenemos que luchar en defensa de las verdades que predicamos, como también estudiarlas hasta que estemos pálidos, y predicarlas hasta desfallecer. Recibiremos pechos doloridos, dolores en las espaldas y piernas temblorosas. Pero, si pudiésemos, por todos los medios, ser aprobados como siervos fieles de Cristo, oiremos aquella voz saliendo de su boca " Muy bien, siervo bueno y fiel".

John Flavel – “The Character of a True Evangelical Pastor”. In: The Works of John Flavel. Vol. 6. p. 568-569 (traducción en portugués Rev. Alan Rennê)


*Traducción en español : Adriano Canuto y Celeste Ontivero

jueves, 27 de agosto de 2015

La Ausencia de Amor » W. à Brakel



Dios creó a Adán y su naturaleza con amor por los demás. Después de la caída, Dios continuó requiriendo este amor, a pesar de que nosotros no lo conseguimos. La ley (Mt 22:39), los profetas (Lv 19:18,34 ; Dt 10:19), los apóstoles, Ro. 12:10 ; 1 P. 3:8 ; 1 Jn 4:11) hacen esto de forma clara. De modo que el expreso pedido de Dios en nuestro corazón, hace de esto no sólo una obligación, sino también nuestra motivación.

Aquellos sin amor

Sabemos que es nuestra tarea amar a otros; podemos ver cómo cumplimos y cuánto estamos muy lejos de ello. A continuación hay una lista de los que no aman a su prójimo:

  • Aquellos que no aman a Dios. Si nosotros no amamos a Dios, no podemos amar tanto a aquellos que lo reconocen y aman o incluso a aquellos que no hacen esto, por la causa del Maestro.
  • Aquellos que aman a los santos por razones equivocadas. Algunas veces los impíos aman a los que son de Dios, no porque ellos sean de Dios o se agraden de El. Esto acontece por algunas razones naturales, porque cuando los que son de Dios dejan brillar su luz, entonces los impíos expresan su aversión secreta separándose de ellos.
  • Aquellos que viven sólo para sí mismos. Sus corazones están "mal" con cualquiera. A ellos les falta hasta el sentimiento natural.
  • Aquellos que viven sólo para satisfacer su concupiscencia de la carne, de los ojos y de la soberbia de la vida. A sus ojos los que son de Dios son los mas. Pero ellos honran a sus compañeros de embriaguez, sus amistades, los aduladores y fornicadores.
  • Aquellos que muestran abiertamente su odio por los que son de Dios, a través de chismes maliciosos, escarneciendo, menospreciando, intentando atraparlos donde tienen problemas y burlándose de ellos, oprimiéndolos y persiguiéndolos
Consecuencias de la falta de amor  
Muchos son conscientes de ello. Ellos dicen: "¿Qué tiene que ver esto con nosotros?". Mi respuesta es que afecta y afecta mucho. Esto significa que:
1) Usted no es nacido de Dios ( 1 Jn 4:8). Si usted dice "pero yo amo a Dios", entonces Dios dice, "Usted es un mentiroso"( 1Jn 4:20).
2) Usted no es un cristiano. Usted esta sin Cristo. Si usted responde "Pero yo soy bautizado, Yo tomo la cena del Señor. Yo vivo como un cristiano" de nuevo Dios dice, "Usted es un mentiroso"(Jn 13:35)
3)Todos sus llamados actos piadosos actos piadosos no tienen ningún valor, no importa cuan maravillosos ellos puedan parecer, porque en ellos falta el amor. Si usted amase a Dios, usted amaría a los otros; pero ya que usted no ama, entonces todas sus obras son obras muertas (1Co 13:1-3). Todo depende del amor, si en usted falta amor, le esta faltando todo. Así que este convencido de su terrible estado, cuide de su alma, y huya hacia el Señor Jesucristo.


Falta de amor en los que son de Dios

Observar la falta de amor en los impíos es grave. Pero ver los salvos tan deficientes en el amor es aún más grave.
Considere la conducta de algunos: ellos aman a los creyentes porque Dios los ama, pero ellos no aman a nadie más. Ellos aman a aquellos que están de acuerdo con ellos, pero ignoran a los otros. Si alguno de los salvos tienen una falta, inmediatamente ellos sospechan de su rectitud. ¡Entonces la sospecha, resentimiento y la piel fría, surge como si ellos no tuviesen el mismo Espíritu ! ¿Y mientras se regocijan en la prosperidad de los impíos, también sienten pena de sus aflicciones y están sensibles a su deplorable situación espiritual y psicológica?

¿Por qué este estado de hechos es tan común? A causa de:

  • Falta de comunión con Dios. Dios es amor y teniendo comunión con Dios eso nos hace crecer en amor unos con los otros
  • Falta de seguridad. Esto hace que "perdamos el potasio de los huesos", nosotros fallamos en vivir vigorosamente. En cambio, el pecado toma la delantera en nuestra vida, entonces nosotros no nos ponemos mas entre los hijos de Dios, por lo tanto no demostramos mas amor por ellos.
  • El alma que poeticamente piensa que podemos amar el mundo.Es evidente, cuanto mas amamos el mundo, menos amamos unos a los otros.
  • Decepción que surge cuando estamos desilusionados con aquellos que pensábamos que eran hombres de Dios pero demostraron que no eran. Nosotros actuamos como si no fuese pecado dejar de amar aquellos que nos tiraron abajo.
  • Ver poco amor expresado por otros que forman parte del pueblo de Dios. Donde hay una falta de amor mutuo, el amor de un creyente falla en ser la ignición del amor al prójimo.
  • Ver que los que son de Dios no se entristecen por causa de sus pecados. Si ellos al menos se sintiesen entristecidos por el pecado, nuestro amor por ellos sería fortalecido en lugar de impedido.
  • Predominio del amor propio. Algunas personas les gusta ser amadas en retribución de su amor o insistiendo en que nosotros debemos amarlas primero si ellas nos aman. Pero nosotros debemos tomar la iniciativa y amar al prójimo independientemente si hay retribución o no.

Directrices para amar a otros


Comenzar a amar a los demás, pronto será para usted algo dulce.
1. Tome la iniciativa en amar, y haga esto sin esperar a que alguien tome la iniciativa.

2. No busque amor a cambio de su amor. Nunca permita que su amor termine en sí mismo. Si usted no recibe amor, no deje que esto lo asuste, porque usted en nada es merecedor de esto. Al contrario, este satisfecho porque Dios permitió que usted amase a otros.

3. Considere de gran valor el amor que usted ve en otra persona. No este sospechando de ella, sino considérela como sincera. No va a causar daño en usted amar a una persona impía que parece ser un creyente.
4. No permita que las ofensas dirigidos contra usted por otros oscurezca el amor por ellas. Usted no sabe la lucha que ellos puedan estar pasando con su pecado, o cuan grave pueda ser este pecado, incluso secreto.

5.Exprese amor en todas sus conductas, miradas, palabras, acciones, incluso cuando su corazón estuviere herido. Esto no es ser hipócrita, intentamos amar como a nosotros mismos incluso cuando nosotros no podemos amar como queríamos o deberíamos. Hipocresía es cuando usted aparenta amar pero no existe ningún amor en su corazón
6. Por menor que sea el amor que usted tenga, déjelo brillar, así será para la honra de Dios y beneficio del prójimo

7. Este en oración por la gracia del amor, porque todo esto viene del Señor. En nuestra propia fuerza nosotros no podemos amar. Pero cuando el nos da Su gracia, usted será habilitado a amar hasta que El lo traiga para el perfecto amor celestial.

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Wilhelmus à Brakel (1635-1711), principal lider de la segunda reforma holandesa y autor de “Christian’s Reasonable Service” (4 vols); sirvió en 5 congregaciones en Holando. Su último y mas largo pastorado fue en Rotterdam.



*Traducción Adriano Canuto y Celeste Ontivero con permiso de Os puritanos: artigo "A Ausência de amor"


martes, 25 de agosto de 2015

AFLICCIONES Y SANTIDAD- John Owen

"Dios nos envía problemas para purificarnos del pecado (Is. 31:9; 48:10; 1Co. 3:12,  13).  Cuando estamos bajo el dominio del pecado y de su juicio, las penas son una  maldición y a menudo resultan en más actos pecaminosos. Pero cuando la gracia reina en nosotros, las penas son un medio para santificarnos y son el medio por el cual las gracias son fortalecidas, resultando en santidad. La cruz de Cristo arrojada a las aguas de aflicción las hace saludables y un gran medio de gracia y santidad (Ex. 15:22-25). Todo el dolor y sufrimiento que su pueblo experimenta, él lo siente primero (Is. 63:9; Hch. 9:5; Col 1:24). 

Todas nuestras penas y aflicciones son los medios de Dios para hacernos mas y mas como su Hijo (Ro. 8:29). Ellas nos ayudan a tener un sentido mas profundo de  la vileza del pecado así como Dios lo ve. Las penas son usadas por Dios para disciplinar y corregir a sus hijos. Así como tales, no deben de ser despreciadas  (He. 12:3-11). Las penas nos ayudan a depender menos y menos en las cosas  creadas para nuestra comodidad y de regocijarnos mas en las cosas de Cristo (Ga. 6:14). Las penas nos ayudan a matar nuestras codicias o deseos corruptos. Somos liberados mas y más de las contaminaciones del pecado y somos hechos  mas y mas santos, así como él es santo (2Co. 4:16-18). Las penas son la manera de Dios para sacar de todos nosotros las gracias del Espíritu para que sean  constantemente y diligentemente ejercitadas." 

Fragmento extraído del libro : El Espíritu Santo p83-84 !

jueves, 20 de agosto de 2015

La Santificación - John Murray

John Murray nota que cuando el profeta Isaías estaba en la presencia de Dios su reacción fue: "Entonces grite: ¡Ay de mí, que estoy perdido! Soy un hombre de labios impuros y vivo en medio de un pueblo de labios impuros y vivo en medio de un pueblo de labios blasfemos, ¡y no obstante mis ojos han visto al Rey, al Señor Todopoderoso" (Is. 6:5). Y cuando Job, cuya rectitud fue al principio elogiada en la historia de su vida, cuando se presentó ante el Dios Todopoderoso, solo pudo decir: "De oídas había oído hablar de ti, pero ahora te veo con mis propios ojos. Por tanto, me retracto de lo que he dicho, y me arrepiento en polvo y ceniza"(Job.42:5-6). Murray concluye partiendo de estos ejemplos y el de otros muchos santos a lo largo de la historia de la iglesia:

En verdad, cuanto más santificado está un creyente, más conformado estará a la imagen de su Señor, tanto más debe estar en contra de toda falta de conformidad con la santidad divina. Cuanto más profunda sea su percepción de la majestad de Dios, tanto más intenso será su amor por Dios, tanto más persistente su anhelo por alcanzar el premio de su alto llamamiento de Dios en Cristo Jesús, tanto más consciente será de la gravedad del pecado que permanece en él y tanto mayor será su aborrecimiento del mismo...¿No fue este el efecto de todos los siervos de Dios al estar cada vez más cerca de la revelación de la santidad de Dios? 

John Murray, Redemption Accomplished and Applied, p.145.

miércoles, 19 de agosto de 2015

“Tarea Primordial de la Iglesia y del Predicador” Paulo Anglada


En la concepción reformada, la predicación es la tarea principal de la iglesia y del ministro de la Palabra.(1)  En sus mensajes y escritos, los reformadores condenaron insistente y duramente el clero romano por descuidar la predicación. No aptos para la tarea,  los sacerdotes católicos delegaban la función a otros,(2) y se dedicaban a actividades secundarias o incluso a la ociosidad y la lujuria. La superficialidad y liviandad con que las personas participaban de la misa era, para Lutero, culpa de los obispos y sacerdotes, que no predicaban ni les enseñaban a oír la predicación.(3) El escribió:

“No hay plaga mas terrible de la ira de Dios que cuando el hace escasa su palabra, como dice en Amós (8:11s), como también no existe mayor gracia que cuando El envía su palabra, conforme Salmo.107:20: “Envió su palabra, y los sanó, y los libró de la ruina”. También Cristo no fue enviado para otra tarea que para (predicar) la palabra; también el apóstol, el episcopado y toda orden clerical para otra cosa no fueron llamados e instituidos que para el ministerio de la Palabra.”(4)

Para Lutero, “quien no predica la Palabra, para lo cual fue llamado por la iglesia, no es sacerdote de ninguna manera…. Quien no es ángel (esto es, mensajero, nota del traductor) del Señor de los Ejércitos o quien es llamado para otra cosa que no es para el angelato (por decirlo así ), ciertamente no es sacerdote… el munus del sacerdote es predicar… El ministerio de la palabra hace al sacerdote y el obispo” (5)


Calvino, de manera similar, condena repetidas veces a los sacerdotes y obispos por descuidar la predicación.(6) Comentando Hechos1:21-22, donde Barsabás y Matias son indicados para asumir el puesto de Judas en el apostolado como testimonio de la resurrección de Cristo, Calvino infiere que la enseñanza y la predicación son funciones esenciales del ministerio.(7)

La forma de Gobierno Eclesiástico Presbiteriano relaciona, entre las atribuciones del ministro de la Palabra, justamente con la oración y la administración de los sacramentos,”alimentar el rebaño, por la predicación de la Palabra, de acuerdo con el cual debe enseñar, convencer, reprobar, exportar y confortar”(8). El Directorio de Culto Público de Westminster inicia la sección sobre predicación, afirmando que la predicación de la Palabra es poder de Dios para salvación, “y una de las más grandes y excelentes obras que pertenecen al ministerio del Evangelio…”. (9)
Esos documentos presbiterianos reflejan la concepción puritana. William Bradshaw, autor de una de las obras mas antiguas sobre los puritanos, comenta que para ellos, “el mas elevado y supremo oficio y autoridad del pastor es predicar el evangelio, solemne y públicamente a la congregación”. (10) Packer cita Owen para demostrar que la predicación era, para los puritanos, “el principal deber de un pastor”, y que “ de acuerdo con el ejemplo de los apóstoles, ellos deben librarse de todo obstáculo, a fin de que puedan dedicarse totalmente a la Palabra y a la oración”. (11)
Jonathan Edwards considera la predicación del evangelio el principal deber del ministro. (12) En una carta, el observa: “Debemos ser fieles en cada parte de nuestras obras ministeriales, y empeñarnos para magnificar nuestro oficio. De manera particular, debemos atender nuestra predicación, a fin de que ella sea no apenas sana, sino instructiva, sazonada, espiritual, muy estimulante y escrutadora; bien pertinente a la época y tiempo en que vivimos; laborando con diligencia para eso.” (13).

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Fragmento del libro "Introduccón a la Predicación Reformada"pp.69-71, Knox publicações 
(en portugués) 
(1) Packer; A Quest Fir Godliness,281.;(2)Especialmente a predicadores intinerantes, como los dominicanos y franciscanos; (3) Martin Lutero, "Das Boas Obras"(en portugues), en Martin Lutero: Obras seleccionadas, vol.2, El programa de la Reforma: Escritos de 1520 (Sao Leopoldo : Editora Sinodal e Porto Alegre: Concórdia Editora,1989),97 en portugues, (4) Martin Lutero "Tratado de  Martìn Lutero sobre la Libertad Cristiana" en portugues, en Martìn Lutero: Obras Seleccionadas, vol.2. El Programa de la Reforma: Escritos de 1520 ( Sao Leopoldo : Editora Sinodal e Porto Alegre: Concórdia Editora,1989), 438; (5) Lutero, "El Cautiverio Babilónico de la Iglesia ", 415-16 ( en portugués y español ); (6) Ver, por ejemplo, Institución de la Religión Cristiana de Calvino 4.5,13, Calvino Commentary on the Acts of the Apostlhes,52; (8) Secciòn 3; (9) "The Directory for the Publick Wordhip of God", 379; (10) Citado en Lloyd Jones, "La predicación", 382; (11) Packer, A Quest for Godliness, 283; (12)) Ver Sereno E. Dwight, "Memoirs of Jonathan Edwards", em The Works of Jonathan Edwards, vol1 (Albany, Oregon: Ages, 1997),86; (13) Dwight , "Mmemoirs of Jonathan Edwards", 293.

* Traducción realizada por Adriano Canuto y Celeste Ontivero  con permiso de Os Puritanos, ano XVI:N2 2008) p. 14