Post Tenebras Lux

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lunes, 23 de febrero de 2015

Angustia del Infierno » Manoel Canuto


"Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente. Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen" (Hebreos 5: 7-9)

Este texto se refiere al sufrimiento y angustia de Jesús en el huerto del Getsemaní. Allí Su agonía y horror son indescriptibles. Jesús antes de orar al Padre, dijo a Pedro, Santiago y Juan : "Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí y velad conmigo" (Mt. 26:38). No podemos penetrar profundamente en estas palabras, pero podemos imaginar que el Señor Jesús tuvo una visión anticipada de su terrible sufrimiento y su indescriptible agonía en la cruz del Calvario que se aproximaban, cuando sería abandonado por todos y por el propio Padre al punto de preguntar : " Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?. En aquella maldita cruz Jesús sufrió las angustias del infierno. En el Getsemaní Jesús sufrió anticipadamente las tristezas de su muerte, no solo la muerte física , sino la muerte eterna en lugar de sus ovejas. Ondas y olas pasaron sobre El: "Todas tu ondas y tus olas han pasado sobre mí" Sal. 42:7 b

Jesús no sólo sabía que Judas lo traicionaría - " Aun el hombre de mi paz, en quien yo confiaba, el que de mi pan comía, alzó contra mí el calcañar" (Sal. 41:9), - no sólo sabía que Pedro lo negaría, que el Sanedrín lo condenaría de forma injusta, que Pilato lo sentenciaría diciendo:" ... crucifícale", que sus enemigos se burlaban de el diciendo : "Profetiza, ¿quién es el que golpeó?" "; Jesús no sólo sabía que sería clavado y levantado por los soldados en una cruz infame, sino que también estaría cada vez más solo, que sus discípulos lo abandonarían y que su Padre le daría la espalda y que le derramaría el cáliz de su ira santa hasta la última gota ; Él sabía que Satanás y sus huestes lo asaltarían para que sea desviado del camino de la obediencia al Padre: "Me han rodeado muchos toros; fuertes toros de Basán me ha cercado. Abrieron sobre mí su boca como león rapaz y rugiente "(Salmo 22: 12-13).

Jesús en toda su vida cargaba sobre sí el peso de la humillación, pero ahora el punto culminante de este estado de humillación se aproximaba. No es de extrañar que Jesús " tomando a Pedro , y a los dos hijos de Zebedeo" comenzó a "entristecerse y a angustiarse" , y les dijo "Mi alma está profundamente triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo" (Mt 26:37-38. "Velad conmigo", dijo Jesús. No es extraño verlo desear ayuda, conforte y ánimo en ese momento. Pero extraño es ver tanta tristeza, dolor de muerte y humillación, que causo al Padre en aquella hora, al verlo postrado sobre su rostro diciendo "Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú" enviándole un ángel para fortalecerle. ¡Que angustia! : "...era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra". ¡Que humillación!: ¿Quién es este tan débil que requiere una criatura para consolarlo y animarlo? ¿No es el el propio creador del mundo?- "Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho" (Jn 1:3)

En cuanto a este cuadro el autor a los Hebreos dice : "Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte". Jesús orando y suplicando nos señala su oficio sacerdotal, su obra sacrificial. Estas oraciones y súplicas revelan la profundidad de la agonía espiritual y física de Jesús : "gotas de sangre que caían hasta la tierra". Jesús cargó nuestros pecados y bebió la copa de la ira de Dios contra el pecado - "Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él". (2 Co. 5:21). Jesús murió por pecadores y se puso delante de Dios como el mas impío de los pecadores. El estuvo solo, oró solo, bebió hasta la última gota de la copa de la ira de Dios solo, soportó, sufrió, sangró, y murió solo, para salvar a sus ovejas (Jn 10:11).

Jesús habló al Padre " con fuerte clamor y lágrimas, oraciones y súplicas". Su voz se hizo oír. Allí El moría la segunda muerte por nosotros, pecadores impíos (Ap. 2:11). No podemos comprender tal agonía - Por nosotros Jesús experimento el propio infierno ¿A quién dirige Jesús sus ruegos? "... al que le podía librar de la muerte". Este no fue un acto de ignorancia de Su Misión, o u acto de cobardía del Señor, porque sabía que fue para morir por miserables pecadores que había nacido; el sabía del Pacto hecho con el Padre desde la eternidad. Pero Jesús veía y sentía la agonía y los horrores de experimentar el abandono del Padre. Jesús oró para que la voluntad de Dios fuese hecha: "Padre, si quieres...pero no se haga mi voluntad sino la tuya (Lc 22:42). Jesús sabía que había sido comisionado para redimir a los elegidos.

¿Habría sido oída la oración de Jesús? Un ángel es enviado para fortalecerlo; era un mensajero del Padre, pero no se retira la agonía. El escritor de Hebreos dice " fue oído a causa de su temor reverente". Aquí está la respuesta. Jesús pidió que la voluntad de Dios prevaleciese; el Padre le señal la cruz y , en reverente obediencia, el Hijo se somete a Su voluntad .

Que maravillosa obediencia, que misericordioso amor del Redentor que "fue oído a causa de su temor reverente. Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen".


¡Gloria al Redentor!


Manoel Canuto. Editorial de la Revista Os Puritanos, nº4, 2008.


domingo, 8 de febrero de 2015

"PERDON PARA LOS MAS GRANDES PECADORES" Jonathan Edwards

Traducción : Diego Garcia

Salmo 25:11—Oh Señor, por amor de tu Nombre, perdona mi iniquidad, porque es grande.

Es evidente a través de algunos versos en este Salmo, que David se encontraba en un tiempo de peligro y aflicción. Esto aparece particularmente en el v.15: “De continuo están mis ojos hacia el Señor, porque El sacara mis pies de la red”. Su angustia lo hace pensar en sus pecados, lo hace confesarlos, y clamar a Dios por perdón, tal como es adecuado en tiempo de aflicción. V.7: “No te acuerdes de los pecados de mi juventud ni de mis transgresiones, acuérdate de mi conforme a tu misericordia, por tu bondad, oh Señor”. Verso 18: “Mira mi aflicción y mis trabajos, y perdona todos mis pecados”.

En el texto observamos los argumentos que el salmista presenta en su ruego por perdón.

  • El ruega por perdón por amor de su nombre. El no tiene ninguna esperanza de perdón basada en alguna justicia, valor propio, o en alguna obra que haya hecho. Tampoco tiene esperanza de perdón basada en alguna compensación que haya hecho por sus pecados; como si la justicia del hombre le sirviese en su suplica. David ruega que Dios lo perdone por amor de su propio nombre, para su propia gloria, para la gloria de su propia libre gracia, y por el honor de su fidelidad en su pacto.
  •  El salmista suplica usando la grandeza de su pecado como argumento por misericordia. No solamente no ruega por su propia justicia, o por la pequeñez de sus pecados, el no dice “perdona mi iniquidad porque he hecho mucho bien para contrarrestarla”, tampoco dice “perdona mi iniquidad porque es pequeña y no tienes razón alguna de estar airado conmigo, no es tan grande que tengas razón alguna de recordarla contra mi, mi ofensa no es tal que seria mejor que la pasaras por alto”. David dice todo lo contrario, dice: perdona mi iniquidad, porque es grande. Su suplica esta basada en la grandeza de su pecado y no en su pequeñez. Esto enfoca su suplica en que sus pecados son muy atroces.

¿Pero como es posible que use esto como suplica por perdón? Yo contesto, porque mientras mas grande era su iniquidad, mas necesidad tenia de perdón. Es casi como si el dijera: “Perdona mi iniquidad, porque es tan grande que no soportaría el castigo; mi pecado es tan grande que necesito perdón; mi caso seria extremadamente miserable al menos que te plazca perdonarme”. David usa la grandeza de su pecado para rogar por perdón así como un hombre usa la grandeza de su calamidad cuando ruega por alivio. Cuando un mendigo mendiga por pan, el suplica basado en su gran pobreza y necesidad. Cuando un hombre en angustia ruega por piedad, que mejor suplica que la extremidad de su caso? Y Dios permite tales suplicas. Por que el es movido a misericordia por nada mas que la miserabilidad de nuestro caso. El no tiene piedad de pecadores porque sean dignos, sino porque necesitan su piedad.

Doctrina

Si verdaderamente venimos a Dios por misericordia, la grandeza de nuestro pecado no sera impedimento para nuestro perdón. Si fuera impedimento, David nunca lo hubiera usado como suplica por perdón, tal como lo hace en el texto. Las siguientes cosas son necesarias para verdaderamente acercarnos a Dios por misericordia:

  • Que veamos nuestra propia miseria, y seamos sensibles a nuestra necesidad de misericordia. Aquellos que no son sensibles a su miseria no pueden volver a Dios por misericordia; ya que la mera noción de misericordia divina es la que es bondad y gracia de Dios para el miserable. Si no hay miseria en el objeto la misericordia no puede ser ejercida. El suponer misericordia sin suponer miseria, o piedad sin calamidad, es una contradicción: por lo tanto, el hombre no podría mirarse a si mismo como objeto en necesidad de misericordia, al menos que sepan que son miserables; entonces, al menos que este sea el caso, es imposible que vengan a Dios por misericordia. Deben ser sensibles a que son hijos de ira; que la ley esta en su contra, y que están expuestos a su maldición: que la ira de Dios permanece sobre ellos; y que esta enojado con ellos todos los días mientras esten bajo la culpa del pecado. Deben ser sensibles que es una cosa terrible ser el objeto de la ira de Dios; que es una cosa horrorosa tenerlo como enemigo; y que no pueden soportar su ira. Deben ser sensibles que la culpa de su pecado los hace criaturas miserables, sin importar los gozos temporales que tengan, que no son otra cosa mas que miserables, criaturas deshechas, mientras Dios esta enojado con ellos. Deben ser sensibles de que no tienen fuerzas, y que perecerán eternamente, al menos que Dios los ayude. 


  • Deben ser sensatos que no son dignos de que Dios tenga misericordia de ellos. Aquellos quienes verdaderamente vienen a Dios por misericordia, vienen como mendigos, y no como acreedores: vienen por mera misericordia, por gracia soberana, y no por nada que se les deba. Por lo tanto, ellos deben ver que la miseria que esta sobre de ellos, esta justamente traída a ellos, y que la ira a la cual están expuestos es justamente amenazada en su contra, y que se merecen que tengan a Dios como su enemigo, y que continuara como su enemigo. Deben ser sensatos que seria justo que Dios hiciese tal y como amenazo en su santa ley y los hiciese objetos de su ira y maldición en el infierno por toda la eternidad. Aquellos que vienen a Dios en la manera correcta no encuentran critica alguna con su severidad; mas bien vienen consientes de su propia indignidad, como con sogas en el cuello, y tirados en el polvo a los pies de misericordia.   


  • Deben venir a Dios por misericordia en y a través de Jesucristo solamente. Toda su esperanza de misericordia  debe ser por la consideración del lo que El es, lo que ha hecho, y lo que ha sufrido; y que no hay otro nombre bajo el cielo, entre los hombres, en el cual puedan ser salvos mas que Jesucristo; que es el hijo de Dios, y el Salvador del mundo; que su sangre limpia de todo pecado, y que el es tan digno que todos los pecadores que vienen a el son perdonados y aceptados. Es imposible que alguien venga a Dios por misericordia, y que al mismo tiempo no tenga esperanza de obtenerla. El acercamiento a Dios por ella, implica que tienen alguna esperanza de obtenerla, de otra manera, no pensarían que vale la pena venir a buscarla. Pero aquellos que vienen de la manera correcta tienen toda su esperanza en Jesucristo, en su redención, y en la suficiencia de esta. Si gente viene a Dios por misericordia, la grandeza de su pecado no sera impedimento de perdón. Sin importar la gran cantidad de pecados, la grandeza y gravedad, no inclinara a Dios ni un solo grado hacia atrás para no perdonarlos. Esto se hará evidente en las siguientes consideraciones:

  • La misericordia de Dios es tan suficiente para el perdón de los pecados mas grandes, como para los pequeños; y esto es por que su misericordia es infinita. Aquello que es infinito, esta tan encima de lo que es grande, como lo esta de lo que es pequeño. Así Dios siendo infinitamente grande, esta tan encima sobre reyes como de mendigos; El esta tan encima del mas grande ángel, como del gusano mas malo. Cualquier medida finita no se acerca a lo infinito mas que la otra. Entonces, la misericordia de Dios siendo infinita, debe ser tan suficiente para el perdón de todos los pecados, como lo es de uno solo. Si uno de los pecados mas pequeños no esta mas allá de la misericordia de Dios, tampoco lo esta el mas grande, o diez mil de ellos. Pero debe ser reconocido que estas cosas por si solas no prueban la doctrina. Porque aunque la misericordia de Dios sea tan suficiente para el perdón de grandes pecados como de otros, todavía puede haber otros obstáculos, aparte de la necesidad de misericordia. La misericordia de Dios puede ser suficiente, sin embargo los otros atributos pueden oponerse a dispensación de misericordia en estos casos. Por lo tanto observo,
  • Que la satisfacción de Cristo es tan suficiente para remover la mas grande culpa, tanto como la mas pequeña: 1 Juan 1:7 “ y la sangre de Jesús su hijo nos limpia de todo pecado.” Hechos 13:39. “y de todas la cosas que no pudiste ser justificados por la ley de Moisés, por medio de El, todo aquel que cree es justificado.” Todos los pecados de aquellos que verdaderamente vienen a Dios por misericordia, sin importar lo que sean, han sido satisfechos, si Dios lo dice así; y si han sido satisfechos1, no es increíble, que Dios esta listo para perdonarlos. De modo que Cristo ya habiendo pagado completamente por todo pecado, o habiendo forjado satisfacción suficiente por este, ya no es de ninguna manera inconsistente con la gloria de los atributos divinos el perdonar los mas grandes pecados de aquellos que vienen a el. Dios ahora puede perdonar los mas grandes pecadores sin prejuicio alguno al honor de su santidad. La santidad de Dios no le permitirá dar el menor semblante al pecado, mas bien lo inclina a dar un testimonio apropiado de su odio hacia el. Pero ahora que Cristo hizo satisfacción1 por el pecado, Dios puede amar al pecador sin dar semblante alguno por su pecado, sin importar cuan grande haya sido el pecador. Fue suficiente testimonio del aborrecimiento de Dios hacia el pecado, que haya derramado su ira en su amado Hijo, cuando El tomo la culpa sobre si mismo. Nada puede mostrar mas el aborrecimiento de Dios hacia el pecado que esto. Si toda la humanidad, hubiese sido eternamente condenada, no hubiese sido un testimonio tan grande.

Ahora Dios, en Cristo, perdona al mas grande pecador sin prejuicio alguno al honor de su majestad. El honor de la majestad divina, en efecto, require satisfacción; pero los sufrimientos de Cristo completamente lo satisfacen. Supongamos que el desprecio sea tan grande, si alguien tan honorable como Cristo emprende ser el mediador del ofensor, y sufre tanto por el, esto completamente repara la ofensa a la Majestad del cielo y la tierra. Los sufrimientos de Cristo completamente satisfacen la justicia. La justicia de Dios, como supremo Gobernador y Juez del mundo, requiere castigo por el pecado. El Juez supremo debe juzgar el mundo de acuerdo a la regla de justicia. Dios no muestra misericordia como Juez, si no como Soberano; por lo tanto, el ejercer misericordia como soberano, y de justicia como juez, deben ser consistente el uno con el otro; y esto es a través del sufrimiento de Cristo, en el cual el pecado es castigado completamente, y la justicia es cumplida. Romanos 3:25-26. “a quien Dios exhibió públicamente como propiciación por su sangre a través de la fe, como demostración de su justicia, porque en su tolerancia, Dios pasó por alto los pecados cometidos anteriormente, para demostrar en este tiempo su justicia, a fin de que El sea justo y sea el que justifica al que tiene fe en Jesús.” La ley no es impedimento en el perdón del mas grande pecado, si es que el hombre viene a Dios por misericordia: por que Cristo a cumplido la ley, el ha llevado la maldición en su sufrimiento; Gálatas 3:13 “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, habiéndose hecho maldición por nosotros (porque escrito está: Maldito todo el que cuelga de un madero).”


  • Cristo no se negara a salvar a los mas grandes pecadores, aquellos que correctamente vienen a Dios por misericordia; ya que esta es su obra. Es  asunto de Dios el salvar pecadores; es la obra en la que el vino al mundo; por lo tanto, no pondrá objeción alguna. El no vino a llamar a los justos al arrepentimiento, Mt 9:13. El pecado es el mero mal que El vino a remediar: por lo tanto, el no se opondrá a ningún hombre por mas pecador que sea. Mientras sea mas pecador, mas necesidad de Cristo. La pecaminosidad del hombre fue la razón por la cual Cristo vino al mundo; esta es la mera miseria de la cual vino a libertar al hombre. Mientras mas miserable, mas necesidad tiene de ser libertado. “Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los que están enfermos.” Mt 9:12. El medico no objetara el curar un hombre que tiene gran necesidad de su ayuda. Si un medico compasivo viene entre los enfermos y heridos, el no se negara a curar aquellos que están en necesidad de cura, si el puede curarlos. 

En la redención de Cristo se encuentra la gloria de la gracia. En su suficiencia para el perdón de los mas grandes pecadores. El diseño del camino de salvación es con este fin: glorificar la gracia soberana de Dios. Dios tenia en su corazón desde la eternidad el glorificar este atributo; y es por lo tanto, que el dispositivo para salvar pecadores fue concebido en Cristo*. La grandeza de la gracia divina se muestra en que Dios, por Cristo salva a los mas grandes ofensores. Mientras mas grande sea la culpa del pecador, mas gloriosa y maravillosa es la gracia manifestada en su perdón: Rom. 5:20 “pero donde el pecado abundó, sobreabundó la gracia,”. El apóstol, cuando nos dice que tan grande pecador había sido, nota la abundante gracia en su perdón, ocasionado por su gran culpa: 1 Ti. 1:13 “aun habiendo sido yo antes blasfemo, perseguidor y agresor. Sin embargo, se me mostró misericordia porque lo hice por ignorancia en mi incredulidad. Pero la gracia de nuestro Señor fue más que abundante, con la fe y el amor que se hallan en Cristo Jesús.” El redentor es glorificado en que se muestra suficiente para redimir aquellos que son excedidamente pecadores, en que su sangre se muestra suficiente para lavar la mas grande culpa, al ser capaz de salvar perpetuamente a los hombres, y en redimir aun de la mas grande miseria. Es el honor de Cristo salvar los mas grandes pecadores, cuando vienen a El, tal como es el honor de un medico curar las peores enfermedades y heridas. Por lo tanto, sin duda, Cristo esta dispuesto a salvar a los mas grandes pecadores, si vienen a El; porque el no negara glorificarse a si mismo, ni elogiar el valor y virtud de su propia sangre. Ofreciéndose a si mismo para redimir pecadores, el no estará indispuesto a mostrar que es capaz de redimir totalmente.

  • El perdón es ofrecido y prometido al mas grande pecador como a cualquier otro, si es que vienen a Dios por misericordia. La invitación del evangelio es hecha en términos universales: Todos los sedientos (Is 55); Venid a mi, todos los que estáis cansados y cargados (Mt 11); Todo aquel (Jn 3). Y la voz de la sabiduría se dirige a todos en general: Prov.8:4. “ Oh hombres, a vosotros clamo para los hijos de los hombres es mi voz.” No es ofrecido a hombres muy morales o a hombres religiosos. Por lo tanto Cristo promete, Juan 6:37. “…y al que viene a mí, de ningún modo lo echaré fuera.” Esta es la orden de Cristo a sus apóstoles después de su resurrección, Mr.16:15,16. “15 Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. 16 El que crea y sea bautizado será salvo.” Esto es igual a las palabras del apóstol en Colosenses  1:23.

Aplicación
El propósito de este asunto, es alentar a los pecadores cuyas conciencias están cargadas con un sentimiento de culpa, para que inmediatamente vayan a Dios a través de Cristo para obtener misericordia. Si tu vas en la manera que hemos descrito, los brazos de misericordia están abiertos para recibirte. No necesitas temer venir por causa de tus pecados, a pesar de que sean demasiado negros.  Si tuvieses tanta culpa en tu alma, tal como la de los hombres mas malvados del mundo, y como la de aquellos cuyas almas se encuentran condenadas en el infierno; pero si vienes a Dios por misericordia, sensible de tu propia vileza, y buscando perdón solo a través de la libre misericordia de Dios en Cristo, no necesitas temer; la grandeza de tus pecados no seria impedimento a tu perdón. Por lo tanto, si sus almas están cargadas, y estas angustiado con miedo al infierno, no necesitas cargar con esa carga y angustia ni un momento mas. Si estas dispuesto, tu puedes libremente venir y descargarte, y echar todas tus cargas sobre Cristo, y descansar en el.

Ahora tratare con algunas de las objeciones que algunos pecadores hacen para no hacer lo que ahora los exhorto ha hacer.

  • Algunos pueden objetar diciendo: He gastado toda mi juventud y gran parte de mi vida en el pecado, y temo que Dios no me acepte, ahora lo único que me queda es mi vejez. Ha esto yo contestaría. 
  • ¿Acaso Dios ha dicho en algún lado, que no aceptara a los pecadores de edad avanzada? Dios ha hecho ofertas y promesas en términos universales; ¿acaso hizo alguna excepción? ¿Acaso Cristo dijo: todos los sedientos, venid a mi y beban, excepto los pecadores viejos? ¿Venid a mi, todos los que estáis cansados y cargados, excepto pecadores viejos y yo os haré descansar? ¿Al que viene a mí, de ningún modo lo echaré fuera, siempre y cuando no sea un pecador viejo? ¿Alguna vez haz leído tales excepciones en la Biblia? Entonces por que ceder a excepciones que tu mismo inventas en tu mente, o que el diablo te mete en la cabeza, las cuales no tienen fundación en la palabra de Dios? En efecto, es mas raro que pecadores viejos estén dispuestos a venir, pero si vienen, son tan aceptados como cualquier otro
  • Cuando Dios acepta a personas jóvenes, no lo hace por el servicio que podrían hacerle después, o porque vale mas aceptar a la juventud que a los mayores. Estas totalmente equivocado, al pensar que Dios no te aceptara por ser mayor; como si hubiese aceptado a las personas en su juventud por que vale mas aceptarlos en su juventud; cuando es solamente por causa de Jesucristo que Dios esta dispuesto a aceptar pecadores. 


También puedes decir, que tu vida esta casi acabada, y que tienes miedo que tus mejores años para servir a Dios han pasado; y que por lo tanto Dios no te aceptara; como si la razón por la que los acepta fuera el servicio que las personas puedan ofrecerle cuando son convertidas. Pero un espíritu farisaico (auto-suficiente) se encuentra detrás de tales objeciones.  El hombre no puede abandonar la noción farisaica, que es por alguna bondad o servicio que puedan ofrecer que Dios acepta personas y los recibe en su favor. En efecto, aquellos que niegan a Dios su juventud, la mejor parte de sus vidas, y la usan en servicio al diablo, pecan terriblemente y provocan a Dios; y El muy seguido los deja en la dureza de su corazón cuando se hacen viejos. Pero si ellos están dispuestos a aceptar a Cristo en su vejez, El esta listo para recibirlos como a cualquier otro, porque en estos casos Dios tiene respeto solamente a Cristo y a su valor.


  • Pero, alguno dice, temo que he cometido pecados que son peculiares de los reprobados*. He pecado en contra de la luz, y contra fuertes convicciones de conciencia, he pecado presuntuosamente; y he resistido tanto al Espíritu de Dios, que temo que he cometido pecados que ningún elegido de Dios cometería. Por mi parte, yo no puedo imaginar que Dios dejaría pecar a alguien a quien se propone salvar, proceder a cometer pecados en contra de tanta iluminación y convicción, y con tan horrenda presunción. Otros llegan a decir, he tenido en mi corazon, pensamientos blasfemos en contra de Dios, un rencoroso y malicioso espíritu, y he abusado la misericordia y los esfuerzos del Espíritu, he pisoteado al Salvador, y mis pecados son peculiares a aquellos cometidos por los reprobados a condenación eternal. A todo esto yo contesto,
  • No existe pecado peculiar a un reprobado mas que el pecado en contra de el Espíritu Santo. ¿Acaso haz leído de otro en la palabra de Dios? Y si no lo has leído ahí, ¿qué  fundamentos tienes para pensar tal cosa? ¿Que otra regla tenemos, con la cual podamos juzgar tales asuntos, mas que la palabra divina? Si vamos a aventurarnos a ir mas allá de esta, terminaríamos miserablemente en oscuridad. Cuando pretendemos ir mas allá de la palabra de Dios, satanás toma control, y es el que nos guía. Parece ser, que para ti, tales pecados son peculiares a los reprobados, y tales que Dios nunca perdona. ¿Pero que razón puedes dar, si no tienes palabra de Dios para comprobarlo? ¿Es tal vez porque no puedes ver que la misericordia de Dios es suficiente para perdonar, o la sangre de Cristo para limpiar tales pecados tan presuntuosos? Si es asi, es por que nunca haz visto todavía cuan grande es la misericordia de Dios; nunca haz visto la suficiencia de la sangre de Cristo, y no sabes que tan lejos se extiende su virtud. Algunos de los escogidos han sido culpables de toda clase de pecados, con la excepción del pecado en contra del Espíritu Santo; y al menos que tu seas culpable de este, no eres culpable de algún pecado peculiar de los reprobados. 
  • Los hombres pueden ser menos propensos a creer, por pecados que hayan cometido, y no menos fácilmente perdonados cuando crean. Debe ser reconocido que algunos pecadores están en mas peligro del infierno que otros. Aunque todos están en gran peligro, algunos son menos propensos a ser salvados. Algunos son menos propensos a ser convertidos y venir a Cristo: pero todos los que si vienen a El son igualmente aceptados; y hay tanto aliento/estimulo para uno como para otro. Tales pecados mencionados, en efecto, son excedidamente atroces y provocadores a Dios, y traen el alma del pecador al peligro de condenación, y al peligro de ser entregados a la dureza de su corazón; y Dios mas comúnmente entrega a los hombres al juicio de dureza de corazón, por causa de tales pecados. Pero no son peculiares a los reprobados; hay solamente un pecado que lo es, aquel en contra del Espíritu Santo. Y a pesar de los pecados que hayas cometido, si sientes en tu corazón el venir a Cristo, y acercarte a El, tu seras aceptado rápidamente. Aunque Dios mas raramente causa a ciertos tipos de pecadores venir a Cristo mas que a otros, no es por que su misericordia o la redención de Cristo no es tan suficiente para unos como para otros, si no por que en su sabiduría le place dispensar de tal manera su gracia, para restringir la maldad del hombre; y por que es su voluntad dar gracia salvifica a través de ciertos medios, tal como guiar una vida moral y religiosa, de acuerdo a nuestro entendimiento, y las convicciones de nuestras conciencias. Pero cuando cualquier pecador esta dispuesto a venir a Cristo, la misericordia esta tan lista para darse como a cualquier otro. No existe ninguna consideración de sus pecados, aunque haya sido tan pecador, sus pecados no son recordados; Dios no se los reprocha. 



  • Otros dicen, me es mejor esperar y tratar de volverme mejor antes de venir a Cristo. He sido, y me veo a mi mismo demasiado maligno al momento; pero espero enmendarme, y por lo menos volverme una persona no tan maligna. Para entonces, tendré mas valor de venir a Dios por misericordia. A esto yo contesto:
  • Considera la manera tan irracional en la que actúas. Estas tratando de volverte tu propio Salvador; estas tratando lograr algo por ti mismo, con lo cual puedas ser mas fácilmente aceptado.  Tal parece ser que no buscas ser aceptado solo por causa de Cristo. ¿Acaso no es esto robarle a Cristo la gloria de ser tu único Salvador? Tal parece ser que esta es la manera en la que esperas hacer a Cristo dispuesto a salvarte.
  • Nunca podrás venir a Cristo, al menos que veas que el no te aceptara mas fácilmente por algo que tu puedas hacer. Debes darte cuenta, que es completamente vano que trates de volverte mejor en cualquier cuenta*. Debes entender que nunca podrás hacer nada para volverte mas digno. 
  • Si llegas a venir a Cristo, debes entender que en El hay suficiente para tu perdón, aunque no seas mejor de lo que eres. Si no ves la suficiencia de Cristo para perdonarte, sin alguna justicia propia para recomendarte, nunca vendrás de tal forma para ser aceptado. El camino para ser aceptado no es a través de la motivación de volverse mejores para ser mas dignos, o no tan malignos, si no la simple motivación de los méritos de Cristo, y la misericordia de Dios. 
  • Si llegas a venir a Cristo, debes venir a el para que El te haga mejor. Debes venir a el como un paciente viene al medico, con sus enfermedades y heridas para ser curadas. Esparce toda tu maldad delante de El, y no ruegues basado en tu bondad, si no en tu maldad, y en tu necesidad, y di como el salmista dijo en el texto, no dijo perdona mi iniquidad, por que ya no es tan grande como antes, si no “Perdona mi iniquidad, por que es grande.”

1La palabra satisfacción en este caso podría ser remplazada por “paga”.  Pero he escogido el verbo satisfacer, por que Edwards la utiliza en Ingles implicando la paga de Cristo y la satisfacción de el Padre.
Debo mencionar que cuando uso la palabra “libre”, refiriéndome a la gracia y/o misericordia de Dios me refiero a gracia/misericordia soberana.