Post Tenebras Lux

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viernes, 29 de enero de 2016

La Cena del Señor - James Boice


El segundo de los sacramentos protestantes es la cena del Señor, que Jesús instituyó en la noche anterior a su crucifixión. Este acontecimiento está registrado en cada uno de los evangelios sinópticos (Mt. 25:17-30; Mr. 14:12-26; Lc 22:7-23), pero el mejor relato y el más completo, lo encontramos en 1 Corintios en un pasaje en donde Pablo está tratando corregir algunos abusos que los creyentes están practicando en la iglesia de Corinto durante la cena del Señor. El pasaje es el siguiente:

"Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; y habiendo dado gracias, lo partió y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí. Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre;  haced esto todas las veces que la bebiereis en memoria de mí. Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga. De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor. Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa." (1 Co. 11:23-28).

La Cena del Señor es similar al bautismo, pues posee todos los elementos de un sacramento. Pero se diferencia del bautismo visto que el bautismo es un sacramento de iniciación (es el testimonio de una identificación primaria con Cristo, identificación sin la cual no es posible ser cristiano), mientras que la Cena del Señor es un sacramento continuo que debe ser observado una y otra vez (pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa) en el transcurso de la vida cristiana. Esta naturaleza de la cena del Señor se ve en su significado pasado, presente y futuro.

El significado pasado: Este significado pasado de la Cena del Señor claramente es resultante del uso de la palabra "memoria". En la Cena del Señor miramos al pasado, a la muerte del Señor. Ante todo, recordamos Su sacrificio expiatorio como nuestro sustituto. El pan partido representa el cuerpo partido de nuestro Señor, y el vino, representa Su sangre derramada. La expiación está relacionada con nuestro ser que ahora está bien con Dios. La sustitución significa que la expiación fue conseguida por la muerte de otro en nuestro lugar.

¿Por qué Jesús murió? La Biblia nos enseña que todos los que han vivido hasta hoy son pecadores, porque quebrantaron la ley de Dios y la paga por el pecado es la muerte. La Biblia nos dice: "Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno" (Ro. 3:10-12). Nos dice: "porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro" (Ro.6:23). Esta muerte no es sólo física, si bien es cierto, pero también es espiritual. La muerte implica una separación. La muerte física es la separación del alma y del espíritu del cuerpo. La muerte espiritual es la separación del alma y el espíritu de Dios. Merecemos esta separación como una consecuencia de nuestro pecado. Sin embargo Jesús se convirtió en nuestro sustituto cuando experimentó la muerte física y espiritual en nuestro lugar.

Una ilustración viva de este principio vemos en los primeros capítulos de Génesis. Adán y Eva habían pecado y tenían ahora miedo de sus consecuencias. Dios los había advertido diciendo: "Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto  podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comiereis ciertamente morirás" (Gn. 2:16-17). Es posible que tuviesen una idea muy clara de lo que significaba la muerte, pero sabían que debía tratarse de algo muy serio. En consecuencia, cuando pecaron por su desobediencia, y luego escucharon la voz de Dios que se aproximaba en el jardín, intentaron esconderse.

Sin embargo nadie puede esconderse de Dios. Dios les habló y llamo para que salieran de su escondite y comenzó a tratar su transgresión. ¿Qué deberíamos esperar que sucediese como resultado de esta confrontación?. Aquí esta Dios que había dicho a nuestros primeros padres que en el día que pecasen en ese día morirían. Aquí están Adán y Eva caídos en pecado. Dadas las circunstancias, era de esperar la ejecución inmediata de la sentencia de Dios. Si Dios los hubiese matado en ese mismo momento, tanto física como espiritualmente, colocándolos fuera de Su presencia, habría hecho lo que era justo.

Pero no fue eso lo que sucedió. Al contrario, Dios primero los amonestó por haber pecado y luego ofreció un sacrificio. Como resultado, Adán y Eva fueron vestidos con piel de animales muertos. Fue la primera muerte que alguien presenció. Fue Dios quien lo realizó. Mientras que Adán y Eva lo presenciaban, debían estar aterrorizados. Sin embargo, mientras se escandalizaban por el sacrificio, al mismo tiempo estaban maravillados. Porque lo que Dios les mostraba era que aunque mereciesen morir, en el caso de estos animales, morirían en su lugar. Los animales pagaron el precio de su pecado y ellos fueron revestidos con las pieles de los animales como recuerdo del hecho.

Este es el significado de sustitución. Es la muerte de uno en lugar de otro. Sin embargo, debemos decir que según la enseñanza de la Biblia, la muerte de animales nunca puede pagar el castigo del pecado (Heb. 10:4). Este acontecimiento era sólo un símbolo sobre cómo se pagaría el pecado. El sacrificio real fue realizado por Jesucristo , y eso vemos en el culto cuando es celebrada la Cena.

También miramos hacia atrás y vemos algo que Jesús sugirió cuando habló del vino: "sangre del nuevo pacto" (Mr. 14:24) y "es el nuevo pacto en mi sangre" (1Co.11:25). Miramos hacia atrás hacia esa victoria en cuya base Dios ha establecido un nuevo pacto de salvación con su pueblo redimido. Un pacto es una promesa solemne confirmada por un juramento o una señal. Fue así cuando Cristo hablo de la copa como celebrando la conmemoración de un nuevo pacto. El estaba señalando a las promesas de salvación que Dios nos había hecho sobre la base de Su muerte. Esto viene sólo por su gracia.

El Significado Presente. La Cena del Señor tiene un significado presente. Primero, el sacramento es algo que participamos repetidas veces, recordando la muerte del Señor repetidas veces hasta que él venga. Segundo, es una oportunidad para examinar nuestras vidas a la luz de nuestra profesión de fe en su muerte. Pablo dice: "Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa. Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí". (1 Co. 11:28-29)

En el centro del significado presente de la Cena del Señor está nuestra comunión con Cristo. De ahí la expresión: "Culto de Comunión". Al participar de este culto el creyente cree que se reunirá con Cristo y tendrá comunión con él porque está siendo invitado por él. El examen tiene lugar porque sería una hipocresía aparentar estar en comunión con el Santo y mantener algún pecado en nuestros corazones.

La manera como Jesús está presente en el culto de Comunión ha sido tema de controversias y divisiones en la iglesia cristiana. Hay tres teorías. La primera es que Jesús no está presente, por lo menos no está más presente de la forma como está presente en todo lugar. Para quien sustenta este punto de vista, la Cena del Señor, tiene exclusivamente un carácter recordatorio. Es sólo un memorial de la muerte de Cristo. La segunda teoría es sustentada por la Iglesia Católica Romana. De acuerdo con esta teoría se supone que el cuerpo y la sangre de Cristo están literalmente presentes en la forma de pan y vino. Pero durante la misa, mediante las administraciones que realiza el sacerdote, estos elementos se modifican de manera que, aunque los adoradores perciben solamente pan y vino, están sin duda comiendo y bebiendo el cuerpo y la sangre de Jesús. Este proceso se llama transubstanciación. La tercera teoría, la que sustentaba Juan Calvino en particular, y otros reformadores, es que Cristo está presente en el culto de Comunión, pero espiritualmente y no físicamente. Calvino llamo a esto "la presencia real" para indicar que una presencia espiritual es tan real como una presencia física.

¿Qué tenemos que pensar sobre estas teorías? Para comenzar  debemos decir  que no puede haber ninguna oposición a la teoría de recordar, ya que es correcta. La cuestión es si hay algo más implicado además de la memoria., además del sólo recuerdo. La división fundamental consiste entre las posiciones de la mayoría de los reformadores y la doctrina de la Iglesia Católica Romana. Los que están a favor de una presencia física, literal (y Lutero fue uno de ellos, aunque no acepto la doctrina de la transubstanciación) argumentan que esta es una interpretación de las palabras de Cristo: "Esto es mi cuerpo" (Mr.14:22). Pero esto no es suficiente para esclarecer este asunto, porque dichas expresiones ocurren con frecuencia en la Biblia en sentido evidentemente figurativo o como representación de otra cosa. Por ejemplo:

"las siete vacas son siete años"(Gn.41:26) "Tú eres aquella cabeza de oro" (Dn.2:38) "El campo es el mundo" (Mt.13:38) "La roca era Cristo" (1Co.10:4) "Los siete candeleros de oro... son las siete iglesias" (Ap.1:20) "Yo soy la puerta de las ovejas" (Jn.10:7) "Yo soy la vid verdadera" (Jn.15:1)


Jesús estaba usando un lenguaje figurado y no un milagro de transubstanciación se evidencia en el hecho de que su cuerpo estaba presente mientras hablaba a sus discípulos. Ahora, su cuerpo resucitado está en el cielo.

Un motivo para tomar la presencia de Cristo en el sacramento como una presencia espiritual es que este es el sentido en que se debe entender cada una de las promesas sobre la presencia de Cristo con nosotros en ésta época en que vivimos. Bannerman escribió:

"Las promesas tales como 'he aquí yo estoy con vosotros hasta el fin del mundo'; 'donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos'; 'he aquí, yo estoy a la puerta y llamo: si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo'; y otras similares, dan pie para afirmar que Cristo mediante su Espíritu, está presente en las prácticas de fe del creyente transmitiendo su bendición y su gracia espiritual. Pero no hay nada que nos lleve a hacer una diferencia o distinción entre la presencia de Cristo en la Cena y la presencia de Cristo en otras prácticas, con respecto a dicha presencia. La eficacia de la presencia del Salvador puede ser diferente en el modo de distribuir más o menos gracia salvadora, de acuerdo con la naturaleza de la práctica, y la medida de la fe del creyente. Pero la forma que asume dicha presencia es la misma, siendo realizada mediante el Espíritu de Cristo y la fe del creyente".

Hay algunos versículos muy conocidos en el capítulo 6 de Juan que también nos hablan sobre la fe en Cristo y sobre alimentarnos espiritualmente de él, aunque no hablen literalmente sobre la Cena del Señor, ya que dicho sacramento no había sido instituido. "Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida" (Juan 6:53-55)

Si queremos sinónimos para "comer" y "beber", los encontramos en Juan 6 en la idea de creer (vv. 29, 35, 47), venir (v.35), ver (v.40), escuchar y aprender de él (v 45). Todos están indicando una respuesta a Jesús. Los términos comer y beber enfatizan que esta alimentación tiene que ser por una fe tan real como comer literalmente.

El Significado Futuro. El tercer significado de la Cena del Señor es futuro. Pablo dijo:"Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga" (1Co. 11:26). El Señor sugirió lo mismo cuando dijo a sus discípulos que estaban comiendo la última cena con él: "De cierto os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba de nuevo en el reino de Dios" (Mr.14:25).

Hablamos sobre la presencia real del Señor Jesucristo en el culto tal como lo conocemos ahora y buscamos responder a su llamado y servirlo. Estamos dispuestos a admitir que hay momentos en que esto es difícil y parece ser como que el Señor no está presente. Y sea por causa del pecado, de la fatiga o simplemente por falta de fe, Jesús a veces parece esta distante. Incluso si continuamos en nuestra vida y el servicio cristiano, anhelamos ese día en que le veremos cara a cara y seremos como Él (1 Juan 3:2). El culto de Comunión sirve para recordar ese día. Es una visión de la gran cena de las bodas del Cordero. Es para animarnos en la fe y para impulsarnos cada vez más alto en la santidad.


Traducción realizada por Adriano Canuto y Celeste Ontivero,  con el permiso de Projeto  Os Puritanos 
Artículo :  http://www.os-puritanos.com/#!A-Ceia-do-Senhor-»-James-Boice-/c21v1/8528FEEF-2E3F-4B29-A956-49C34CF7178C