CADA CUAL AME Y HONRE A SU CÓNYUGE
Efesios 5:31-33
"Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido" (v.33)
Además, en el estado matrimonial compete también a la mujer, no solamente amar a su marido, sino también ser obediente y sumisa, imitando el ejemplo de la unión Cristo-iglesia y pensando así: "Mi marido es imagen del verdadero Dios y gran cabeza Cristo, por amor de quien voy a respetarlo y hacer lo que le agrada".
De forma similar, el marido, a su vez debe amar a su esposa de todo corazón, por causa del gran amor que ve en Cristo, diciendo así: "Ni yo ni nadie jamás amó así. Por eso según el ejemplo de Cristo, quiero, en la medida de mis capacidades amar a mi esposa como a mi propia carne, cuidando, alimentando y sirviéndola, evitando ser rudo y excéntrico con ella. Al contrario, si ella no fuese perfecta y comete alguna falta, voy a usar del sentido común y tener paciencia." Ese entonces dejaría de ser un matrimonio terrenal, humano o racional para ser un matrimonio cristiano, divino, desconocido para los paganos. Porque estos no perciben la gran gloria y honra del matrimonio, que se trata de una imagen de la sublime unión espiritual de Cristo. Por eso nos corresponde a nosotros los cristianos honrar y exaltar mucho más este estado, porque sabemos y conocemos el esplendor y la gloria concedido a este estado.
Fuente: A COMISSÃO INTERLUTERANA DE LITERATURA (CIL) http://www.lutero.com.br/novo/vida_de_lutero_como_pregou2.php?id=22
Traducción: Adriano Canuto y Celeste Ontivero
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